
Al término del funeral se produjo la anécdota de la jornada. Anécdota en cuanto a lo insólito, no en cuanto al dolor, la seriedad y la trascendencia.
Al termino, la madre de un cabo de la BRILAT increpó al presidente del Gobierno y a la vicepresidenta primera por la ausencia de inhibidores de frecuencia en los blindados que utilizan los militares españoles en misiones en el exterior. "Esos muchachos no pueden ir sin protección", afirmó a voz en grito ante Zapatero, que se detuvo a hablar con ella.
Segundos después se acercó a él la 'número dos' del Ejecutivo, mientras la mujer subía paulatinamente el tono de sus quejas y reiteraba una y otra vez que "no hay derecho". En medio de su intervención, la familiar lanzó un grito de "Viva Esperanza Aguirre" para después proclamar que ella no le debe nada ni a Zapatero ni a la presidenta regional.
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